Los estiramientos son una parte fundamental en el deporte, sin embargo, todavía existe mucha controversia sobre la forma y el momento en el que se deben de realizar.
Existen varios tipos de estiramientos, pero los podemos dividir en dos grandes grupos:

- ESTIRAMIENTO PASIVOS O MANTENIDOS: son aquellos que consisten en realizar una puesta en tensión del músculo mantenida en el tiempo sin cambiar la posición de tu cuerpo.
- ESTIRAMIENTOS DINÁMICOS O BALÍSTICOS: implican movimiento, a través de un balanceo de un segmento corporal hasta alcanzar el máximo rango articular poniendo en tensión uno o varios músculos. En este tipo de estiramiento el objetivo que se busca es la activación de la musculatura.
ANTES DE LA ACTIVIDAD DEPORTIVA
Los estiramientos más indicados antes de la actividad deportiva son los estiramientos dinámicos o balísticos.
Con este tipo de estiramientos vamos a conseguir mejorar la capacidad elástica y de contracción del músculo. Además, de alcanzar el máximo rango articular preparando las articulaciones para la práctica deportiva.
Para realizar este tipo de estiramientos empezamos con balanceos suaves, sin necesidad de llegar al máximo del rango articular y sin notar una tensión excesiva. A medida que vayamos aumentando la temperatura corporal y la rigidez vaya disminuyendo vamos aumentando gradualmente la intensidad del ejercicio.
DESPUÉS DE LA ACTIVIDAD DEPORTIVA
Al acabar la actividad deportiva no es recomendable terminar el ejercicio a la máxima intensidad, sino que se recomienda ir bajando las pulsaciones progresivamente.
No es necesario estirar inmediatamente después del ejercicio, sino que es más recomendable estirar unas horas después o incluso al día siguiente. El objetivo de estos estiramientos es reducir la tensión muscular y evitar la rigidez, para ello empleamos estiramientos pasivos. Al estirar se debe de tener una sensación de tensión agradable que se pueda mantener en el tiempo y poco a poco irás sintiendo que la tensión inicial va disminuyendo y puedes llegar cada vez más lejos.

