Dependiendo del tipo de cirugía y las necesidades propias de cada paciente, el tratamiento puede incluir una variedad de intervenciones terapéuticas y cuidados especializados.

Después de la cirugía es muy común experimentar dolor y molestias en el área operada, por lo que se emplean técnicas enfocadas a la reducción de esa sensación dolorosa como pueden ser el drenaje, electroterapia, empleo de frío-calor o terapia manual.
La rehabilitación es una parte fundamental después de una cirugía, principalmente en intervenciones que afectan al sistema musculoesquelético. El tratamiento se orienta en restaurar la fuerza muscular, la movilidad articular y la función del miembro afectado, así como mejorar el equilibrio, la coordinación y la capacidad funcional del paciente.
También es importante la educación y el apoyo al paciente y su familia, proporcionando la información necesaria para ayudar a que comprendan su condición, el proceso de recuperación y las expectativas del tratamiento.